sábado, 25 de marzo de 2017

ATENCIÓN A LA RESPIRACIÓN

Anapanasati Sutta

MN 118 {11M.2.8,144-152}




Esto he escuchado.

En cierta ocasión el Bienaventurado estaba en Savatthi, en el parque oriental del palacio de la madre de Migara, junto a varios de sus discípulos más ancianos y venerables: Sariputta,  Mahamoggallana, Mahakassapa, Mahakaccana, Mahakotthita, Mahakappina, Mahacunda, Anuruddha, Revata, Ananda y otros discípulos mayores.

En esa oportunidad los monjes ancianos enseñaban e instruían a los monjes nuevos. Algunos enseñaban a diez monjes, otros a veinte, otros a treinta o cuarenta monjes. Y los nuevos monjes, habiendo sido enseñados e instruidos por los monjes ancianos, alcanzaban estados de alta diferenciación y discernimiento.

En esa ocasión —Uposatha de luna llena de Pavarana— el Bienaventurado permanecía sentado al aire libre, rodeado del sangha. Observando el silencio de los monjes, les habló así:

Monjes, estoy contento con este avance. Mi mente está contenta con este progreso. Ahora, suscitad más energía para alcanzar lo que no habéis alcanzado, para lograr lo que no habéis logrado y para descubrir lo que no habéis descubierto todavía. Mientras, yo esperaré aquí en Savatthi, hasta el día de luna llena del cuarto mes de Komudi.

Cuando los monjes diseminados por los campos se enteraron de que el Bienaventurado esperaría en Savatthi, hasta la luna llena del cuarto mes de Komudi, emprendieron viaje hacia Savatthi para ver al Bienaventurado.
Entonces, los monjes ancianos enseñaron e instruyeron a los nuevos monjes con mayor ahínco. Algunos enseñaban e instruían a diez monjes, otros a veinte, otros a treinta o cuarenta monjes. Y los nuevos monjes, habiendo sido enseñados e instruidos por los monjes ancianos, alcanzaban estados de alta diferenciación y discernimiento.

Así, llegado el día de Uposatha —noche de luna llena del mes de Komudi—, cuando el Bienaventurado permanecía sentado al aire libre, rodeado de los monjes, observó el silencio del sangha y se dirigió a ellos de esta manera:

Monjes, esta asamblea está libre del bullicio, esta asamblea está libre del habla insustancial. Está establecida en lo esencial. Tal es esta asamblea, este sangha de monjes. Tal asamblea es digna de obsequios, digna de hospitalidad, digna de ofrendas, digna de reverencias, un incomparable campo de méritos para el mundo. Así, un pequeño obsequio, ofrecido a semejante asamblea, se convierte en gran mérito y, un gran obsequio, en un mérito aún mayor. Es poco común semejante asamblea para el mundo. Valdría la pena viajar desde muy lejos, con el equipaje a cuestas, solamente para verla. Tal es este sangha de monjes, tal es esta asamblea.

En este sangha hay monjes que son arahants con todas sus contaminaciones destruidas, que han vivido la vida santa, que han realizado lo que había que hacer, que se han desprendido de la carga, que han alcanzado la propia meta, que han destruido las cadenas de la existencia y se han liberado por completo a través del conocimiento final. Tales son los monjes que hay en este sangha.

En este sangha hay monjes que, con la destrucción de las cinco cadenas menores, reaparecerán en las Moradas Puras y allí alcanzarán el Nibbana sin tener que retornar a este mundo. Tales son los monjes que hay en este sangha.

En este sangha hay monjes que, con la destrucción de las cadenas menores y con el debilitamiento de la codicia, odio y falsa ilusión, son los que retornan una sola vez: regresan una vez más al mundo para poner fin a la insatisfacción. Tales son los monjes que hay en este sangha.

En este sangha hay monjes que, con la destrucción de la codicia, odio y falsa ilusión, entran en la corriente, libres de la perdición, inquebrantables, encaminados hacia el despertar. Tales son los monjes que hay en este sangha.

En este sangha hay monjes que viven dedicados al desarrollo de los cuatro fundamentos de la atención consciente… hay monjes que viven dedicados al desarrollo de las cuatro clases de correcto esfuerzo... al desarrollo de las cuatro bases del poder espiritual... de las cinco facultades... de los cinco poderes... de los siete factores del despertar... del Noble Óctuple Sendero. Tales son los monjes que hay en este sangha.

En este sangha hay monjes que viven dedicados al desarrollo del amor benevolente... de la compasión... de la dicha altruista... de la ecuanimidad... de la meditación sobre la asquerosidad... de la percepción de la transitoriedad. Tales son los monjes que hay en este sangha.

En este Sangha hay monjes que viven dedicados al desarrollo de la atención consciente en la respiración.

Monjes, cuando se desarrolla y cultiva la atención consciente en la respiración, la misma es fructífera y beneficiosa. Cuando se desarrolla y cultiva la atención consciente en la respiración, se realizan los cuatro fundamentos de la atención consciente. Cuando se desarrollan y cultivan los cuatro fundamentos de la atención consciente, se realizan los siete factores del despertar. Cuando se desarrollan y cultivan los siete factores del despertar, se realizan el verdadero conocimiento y liberación.

Y, ¿cómo, monjes, se desarrolla y cultiva la atención consciente en la respiración, de manera tal que sea fructífera y beneficiosa?

He aquí, el monje va al bosque y, debajo de un árbol o choza vacía, se sienta cruzando las piernas, enderezado el cuerpo y estableciendo su atención consciente en frente de él: conscientemente inhala, conscientemente exhala.

Inhalando largo, comprende: (i) estoy inhalando largo; exhalando largo, comprende: estoy exhalando largo. (ii) Inhalando corto, comprende: estoy inhalando corto; exhalando corto, comprende: estoy exhalando corto.

Luego se entrena así: (iii) voy a inhalar experimentado el cuerpo… voy a exhalar experimentado el cuerpo… (iv) voy a inhalar calmando las formaciones corporales… voy a exhalar, calmando las formaciones corporales… (v) voy a inhalar experimentando entusiasmo… voy a exhalar experimentando entusiasmo… (vi) voy a inhalar experimentando placer… voy a exhalar experimentando placer… (vii) voy a inhalar experimentando las formaciones mentales… voy a exhalar experimentando las formaciones mentales… (viii) voy a inhalar calmando las formaciones mentales… voy a exhalar calmando las formaciones mentales… (ix) voy a inhalar experimentando la mente… voy a exhalar experimentando la mente… (x) voy a inhalar con satisfacción en la mente… voy a exhalar con satisfacción en la mente… (xi) voy a inhalar concentrando la mente… voy a exhalar concentrando la mente… (xii) voy a inhalar liberando la mente… voy a exhalar liberando la mente… (xiii) voy a inhalar contemplando la transitoriedad… voy a exhalar contemplando la transitoriedad… (xiv) voy a inhalar contemplando la disolución… voy a exhalar contemplando la disolución… (xv) voy a inhalar contemplando el cese… voy a exhalar contemplando el cese… (xvi) voy a inhalar contemplando el renunciamiento… voy a exhalar contemplando el renunciamiento.

De esta forma, monjes, es como se desarrolla y cultiva la atención consciente en la respiración para que sea fructífera y beneficiosa.

Y, ¿cómo, monjes, cuando se desarrolla y cultiva la atención consciente en la respiración, se realizan los cuatro fundamentos de la atención consciente?

En cualquier ocasión en la que esté, cuando el monje inhala largo, entiende: estoy inhalando largo; y cuando exhala largo, entiende: estoy exhalando largo. Cuando inhala corto, entiende: estoy inhalando corto; y cuando exhala corto, entiende: estoy exhalando corto.

Luego, al entrenarse así: voy a inhalar experimentado el cuerpo… voy a exhalar experimentado el cuerpo… voy a inhalar calmando las formaciones corporales… voy a exhalar calmando las formaciones corporales; el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, fervoroso, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo. Yo digo que, como la inhalación y la exhalación es un cierto tipo de cuerpo entre los cuerpos, en esta ocasión el monje permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, fervorosamente, plenamente atento y consciente, dejando atrás la codicia y pesar por el mundo.

De la misma manera, en cualquier ocasión en la que esté, cuando el monje se entrena así: voy a inhalar experimentando entusiasmo… voy a exhalar experimentando entusiasmo… voy a inhalar experimentando placer… voy a exhalar experimentando placer… voy a inhalar experimentando las formaciones mentales… voy a exhalar experimentando las formaciones mentales… voy a inhalar calmando las formaciones mentales…voy a exhalar calmando las formaciones mentales; el monje permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones, fervoroso, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo. Yo digo que, como la inhalación y la exhalación es un cierto tipo de sensación entre las sensaciones, en esta ocasión el monje permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones, fervorosamente, plenamente atento y consciente, dejando atrás la codicia y pesar por el mundo.

En cualquier ocasión en la que esté, cuando el monje se entrena así: voy a inhalar experimentando la mente… voy a exhalar experimentando la mente… voy a inhalar con satisfacción en la mente... voy a exhalar con satisfacción en la mente… voy a inhalar concentrando la mente… voy a exhalar concentrando la mente… voy a inhalar liberando la mente… voy a exhalar liberando la mente; el monje permanece contemplando la mente en la mente, fervoroso, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo. Yo digo que, como la inhalación y la exhalación es un cierto tipo de mente entre las mentes, en esta ocasión el monje permanece contemplando la mente en la mente, fervorosamente, plenamente atento y consciente, dejando atrás la codicia y pesar por el mundo. Yo digo que como el desarrollo de la atención consciente en la respiración no es para aquellos que son olvidadizos, ni para quienes no pueden estar plenamente atentos, en esta ocasión el monje permanece contemplando la mente en la mente, con fervor, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo.

En cualquier ocasión en la que esté, cuando el monje se entrena así: voy a inhalar contemplando la transitoriedad… voy a exhalar contemplando la transitoriedad… voy a inhalar contemplando la disolución… voy a exhalar contemplando la disolución… voy a inhalar contemplando el cese… voy a exhalar contemplando el cese… voy a inhalar contemplando el renunciamiento… voy a exhalar contemplando el renunciamiento; el monje permanece contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, plenamente atento y consciente, dejando atrás la codicia y el pesar por el mundo. Viendo así, con sabiduría, surge en él una atenta ecuanimidad y permanece contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, con fervor, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo.

De esta forma, monjes, es como se desarrolla y cultiva la atención consciente en la respiración para que se realicen los cuatro fundamentos de la atención consciente.

Y, ¿cómo, monjes, cuando se desarrollan y cultivan los cuatro fundamentos de la atención consciente, se realizan los siete factores del despertar?

Monjes, en cualquier ocasión en la que un monje permanece contemplando el cuerpo como cuerpo —fervorosamente, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo— en esa ocasión se establece en él una incesante atención consciente. En cualquier ocasión en la que se establece la incesante atención consciente, en esa misma ocasión surge el factor del despertar de la atención consciente, el cual, mediante desarrollo, llega a realizarse por completo.

Permaneciendo consciente, el monje investiga y examina este estado con sabiduría y se embarca en la averiguación completa de él. Así, surge en su mente el factor del despertar de la investigación de los estados mentales, el cual, mediante desarrollo, llega a realizar por completo.

En alguien que investiga y examina con sabiduría, surge una inagotable energía. En cualquier ocasión en la que aparece esa inagotable energía producto de la investigación y examen, en esa ocasión surge el factor del despertar de la energía, el cual, mediante desarrollo, llega a realizarse por completo.

En quien surgió la energía, surge el entusiasmo espiritual. En cualquier ocasión en la cual surge ese entusiasmo espiritual, en esa  ocasión surge el factor del despertar del entusiasmo, el cual, mediante desarrollo, llega a realizarse por completo.

En alguien que está entusiasmado, el cuerpo y la mente se calman. En cualquier ocasión en la que se calman el cuerpo y la mente, en esa ocasión surge el factor del despertar de la tranquilidad, el cual, mediante desarrollo, llega a realizarse por completo.

En alguien cuyo cuerpo está tranquilo y siente placer, la mente llega a concentrarse. En cualquier ocasión en la que se concentra la mente, en esa ocasión surge el factor del despertar de la concentración, el cual, mediante desarrollo, llega a realizarse por completo.

Entonces el monje observa con atención y ecuanimidad la mente concentrada. En cualquier ocasión en la que se observa con atención y ecuanimidad la mente concentrada, en esa ocasión surge el factor del despertar de la ecuanimidad, el cual, mediante desarrollo, llega a realizarse por completo.

Monjes, en cualquier ocasión, en la cual el monje permanece contemplando las sensaciones como sensaciones —fervorosamente, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo— se establece en él una incesante atención consciente.... investigación… energía… entusiasmo espiritual… tranquilidad… concentración…  Así, en cualquier ocasión en la que el monje observa con atención y ecuanimidad la mente concentrada, en esa ocasión surge en él el factor del despertar de la ecuanimidad, el cual, mediante el desarrollo, llega a realizar por completo.

Monjes, en cualquier ocasión, en la cual el monje permanece contemplando la mente en la mente —fervorosamente, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo—  se establece en él una incesante atención consciente.... investigación… energía… entusiasmo espiritual… tranquilidad… concentración…  Así, en cualquier ocasión en la que el monje observa con atención y ecuanimidad la mente concentrada, en esa ocasión surge en él el factor del despertar de la ecuanimidad, el cual, mediante el desarrollo, llega a realizar por completo.

Monjes, en cualquier ocasión en la cual el monje permanece contemplando los objetos mentales como objetos mentales —fervorosamente, plenamente atento y consciente, habiendo dejado atrás la codicia y el pesar por el mundo— se establece en él una incesante atención consciente.... investigación… energía… entusiasmo espiritual… tranquilidad… concentración…  Así, en cualquier ocasión en la que el monje observa con atención y ecuanimidad la mente concentrada, en esa ocasión surge en él el factor del despertar de la ecuanimidad, el cual, mediante el desarrollo, llega a realizar por completo.

Es así, monjes, cómo se desarrollan y cultivan los cuatro fundamentos de la atención consciente para que se realicen los siete factores del despertar.

Y, ¿cómo, monjes, cuando se desarrollan y cultivan los siete factores del despertar, se realizan el verdadero conocimiento y liberación?

He aquí, el monje desarrolla el factor del despertar de la atención consciente apoyándose en la reclusión, el desapasionamiento y el cese madurado en el renunciamiento. Además, desarrolla el factor del despertar de la investigación… desarrolla el factor del despertar de la energía... desarrolla el factor del despertar del entusiasmo... de la tranquilidad... de la concentración... de la ecuanimidad, apoyándose en la reclusión, el desapasionamiento y el cese madurado en el renunciamiento.

Es así, monjes, cómo se desarrollan y cultivan los siete factores del despertar para realizar el verdadero conocimiento y liberación.

Esto fue lo que el Bienaventurado dijo, entonces los monjes se deleitaron y complacieron en las palabras del Bienaventurado.

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