jueves, 8 de septiembre de 2016

NUESTRA CASA

NUESTRO HOGAR ORIGINAL, NUESTRA CASA


Siempre nos acompaña, aunque la mayoría de las veces no lo sabemos o no la hacemos caso.
Nos sentamos. Adoptamos una postura adecuada. Sentimos nuestra respiración. Primero sentimos que está ahí, con nosotros. Nos damos cuenta que siempre nos ha acompañado. Es nuestra casa, nuestro refugio. Cuando nos encontramos perdidos o no estamos a gusto queremos  volver a ella.
De pequeños, la casa de nuestros padres es nuestra referencia. Allí dormimos, tenemos nuestros juguetes, comemos y pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Un hogar que nuestros padres nos han preparado y en que hacemos nuestra vida y es la primera referencia que tenemos al empezar a tomar conciencia de dónde estamos y quienes somos. Cuando salimos de ella, tenemos ganas de volver a ella para reencontrarnos con lo que nos agrada, con esos juguetes con los que nos lo pasamos bien, vamos a comer cuando tenemos hambre, o a dormir cuando llega la hora y estamos cansados. Es nuestra referencia. Sin embargo, poco a poco vamos tomando más distancia con ella. Nuestros padres nos dan más libertad y vamos alejándonos cada vez más de ella, tomamos más distancia. Descubrimos que hay cosas interesantes fuera de ella y queremos explorarlas y descubrirlas. Nos alejamos de casa y construimos nuestra propia vida al margen de la original que nuestros padres nos han dado.
Pero llega el día en el que no nos encontramos a gusto donde estamos, echamos de menos nuestro hogar. Queremos volver. A pesar de que tenemos una vida propia, otro hogar, pero dentro de nosotros tenemos ese sentimiento de que hay un hogar original que echamos de menos. Poco a poco regresamos y cada vez lo hacemos más a menudo. A pesar de que ya no vivimos allí, esa siempre será nuestra casa. Volvemos a comer con nuestros padres, incluso a dormir en algún momento. Nos sentimos protegidos, resguardados, e incluso renovados. Volver al hogar original nos reconforta y nos hace pensar que fue el origen de todo y que desde allí fue desde dónde construimos todo lo que tenemos.
Haremos lo mismo con nuestra respiración. Será nuestra casa original. Desde allí construiremos todo y volveremos cuando nos sintamos perdidos o inquietos.

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